Obstáculos

Misteriosas almas bulliciosas me rodearon,
fueron aquellas que,
desde mi vacío,
se asomaron enseñándome a vivir.

Cuando sin pensarlo callaron,
todo en mi se volvio un infierno,
me senti sola,
en un pozo profundo,
eterno.

Entonces volvi a mi,
me dí cuenta que debía hacerlo sola.

Empecé a subir,
cayendo incontables veces,
sin abandonarme, segui intentando.

Es el día de hoy que sigo subiendo,
aunque el camino sea empinado,
yo sé que en algun momento llegaré.

Hábito, esa es la palabra,
acostumbrarse a que no todo es simple,
y que cada caída es un comienzo,
una nueva experiencia,
de la cual podré caer y volver a retomar.

El infierno podría ser un paraíso,
si uno asi lo quiere.